martes, 15 de junio de 2010

Mandela

Todos saben y sabemos lo que significa y dignifica la imagen de Nelson Mandela a nivel mundial. Sin embargo, estar aca en su ciudad es mas presente el cariño.

Ayer me toco traducir una excursion para 47 argentinos (salvo un par de excepciones, para prenderlos fuego uno a uno). La visita era al Apartheid Museum. Alli nos internamos 1 hora. Creanme que fue muy poco. al menos se necesitan 2 horas para recorrerlo, leerlo, emocionarse y aprender. En gral detesto los museos, pero este me impresiono.

Porque alli adentro aprendi que Mandela fue el lider de la resistencia negra, pero hubo otros tantos heroes menos conocidos. Como Hector Pieterson, un niño de 11 años, el primero asesinado por el gobierno blanco. Fue en una protesta en los 70. El gobierno local obligaba a la poblacion a recibir educacion solamente en la lengua afrikaaner. Los niños decidieron que no, que querian otras tambien (Sudafrica tiene... 11 lenguas oficiales), pero el gobierno reprimio y mato a los niños manifestantes. El tiene un memorial en Soweto, alli a 2 cuadras de la casa de Mandela.

Precisamente hacia alli nos dirigimos luego del museo. Tersia, la guia local, una viejita de 65 de lo mas amable y culta, me hablaba y yo traducia con microfono.

llegamos a la casa de Mandela. Un lucreo, con artesanos vendiendo productos carisimos. La casa de Mandela interesante, aun con las manchas en la pared de tantas veces que quisieron prenderla fuego. El tipo tenia una pared en la cocina para tapar las balas que cada tanto le tiraban. 3 de sus 4 hijos con su primera mujer murieron por diferentes causas. Se sentia la historia.

Encima, a 1 cuadra habitaba Desmond Tutu, un arzobispo reconocido durante el apartheid. Que significa? que en la misma cuadra vivieron 2 premio Nobel de la Paz de la historia.

La visita termino en la actual casa de Mandela, en el chetisimo y super exclusivo barrio Houghton, donde los inglesitos tienen sus mansiones de 3 compartimentos (casa ppal, mayodomo y huespedes). Algo asi como las Lomas de san Isidro.

Me llene de historia, me emocione, y prometo volver a seguir husmeando.

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